miércoles, febrero 21, 2007

¨ CUBA: POR QUÉ ME IMPORTA ¨

“Cuba: Por qué me importa”

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Artículo escrito por Claudia Fanelli (Enero 20 del 2007), una maestra Norteamericana de descendencia Italiana, de Pennsylvania, EUA.
Traducción libre de Emilio Faxas

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Por Claudia Fanelli

No soy Cubana. No intento ni pretendo serlo. Soy italiana-americana, nieta de inmigrantes económicos… no políticos. Como resultado de mi experiencia, el concepto de inmigración política era desconocido para mi, hasta que conocí en el College a varios profesores de español cubanos, veinte años atrás.

Aún así, conociéndolos bien, nunca compartí con ellos sus odiseas; yo sólo poseía un conocimiento marginal de la historia de Cuba. Se puede decir que si yo no lo había oído de parte de “Tony Montana” (“Scarface”) no sabía más nada de ese tópico.

Mi ignorancia nunca fue cuestionada -ya que vivía en Pennsylvania- donde la población cubana era escasa. Sin embargo, ahora que la historia de Cuba y su literatura son parte del currículo de español en el High School donde doy clases, me sentí obligada a aprender más de lo que los libros de texto me habían enseñado.

Libros, la internet, documentales y conversaciones con cubanos me han ayudado a comprender lo que aparenta ser un insuperable concepto para el norteamericano promedio: la presente situación en Cuba.

Otros maestros me hacen preguntas sobre Cuba –y aunque no soy ni remotamente una autoridad-- hago lo posible por buscar una respuesta si es que no tengo una. Sencillamente, mis colegas no tienen la menor idea de lo que está pasando en Cuba y, hasta que no comencé a informarlos, no les interesaba.

Quizás les gusta el hecho que me mantengo al tanto de lo que está pasando y así ellos no tienen que hacerlo. En definitiva, Cuba es apenas una señal imperceptible en el radar de la mayoría de los americanos. Yo siempre me esfuerzo en informar a los curiosos sobre el sufrimiento y las violaciones de los derechos humanos que existen en Cuba como resultado de ese grillete asfixiante sobre el país y sus gentes que ha existido por 48 años.

Divulgo mis fuentes de información cuando lo necesito y uso estadísticas cuando soy retada por un fanático de Fidel. Cuando me presentan propaganda lanzada por Hollywood –repetida como pericos por aquellos que se la tragan– les respondo con un barraje de contradicciones y una lista interminable de violaciones de derechos humanos, que aquellos que no viven en Miami no conocen, o eligen no reconocer.

Cada vez con más frecuencia, alguien me pregunta “Por qué te importa tanto Cuba? Ni siquiera hay cubanos por aquí.” Yo no tengo agenda. No tengo cubanos en mi familia y mi amiga exilada más cercana murió este verano pasado, llevándose con ella relatos de lo que sufrió en Cuba, que nunca quiso compartir.

Soy solo una norteamericana que desea ver la libertad para un país que los americanos visitan clandestinamente sin importarles lo que allí pasa diariamente. Ahora bien, es verdad que donde vivo no se ven cubanos muy a menudo, pero sin embargo, a solo una hora de camino esta Unión City, New Jersey , donde una inmensa cantidad de cubanos viven, al igual que en New Cork a tan solo unos minutos de allí..

Es difícil mantener una postura provinciana una vez que nos damos cuenta que gentes que dejaron todas sus pertenencias atrás -que se arriesgaron a ser encarcelados o matados, o que hicieron el supremo sacrificio de enviar a sus hijos solos (14,000 exactamente) a otro país para que escaparan de ese infierno– viven a solo 90 millas de aquí.

Sería fácil para mi pensar que no es necesario justificar el por que Cuba “me importa”. ¿Por que me debe importar un país con tanta proximidad al mío que sus gentes tratan de nadar para llegar a él, cuando sus improvisadas balsas se hacen pedazos en el mar? ¿Por qué me debe importar un país donde sus ciudadanos no tienen la simple libertad de usar los mismos hoteles y restaurantes que los turistas?...A tan solo unas 90 millas de aquí…¿cómo puedo decir que no me importa?

Enfrascarse en una discusión de “¿Por qué te importa?” significa el mantener una actitud de calma, ya que debo esclarecer los puntos racionalmente, dejando a un lado del argumento mis emociones para no perder el control. El problema es que ahora me siento envuelta emocionalmente en este asunto: estoy disgustada, furiosa y enferma de ver lo que ahora sucede en la isla.

Esto hace más difícil mantenerse calmada delante de personas que piensan que el comunismo es un buen sistema o que Fidel Castro es “malentendido”. Pero quizás la conversación más frustrante es aquella con los que son apáticos. “Ellos no son nuestras gentes”, me han comentado. “¿No son nuestras gentes?,” les contesto. “¿Y los Etíopes eran acaso nuestras gentes?, les pregunto… Los americanos grabamos música y organizamos un concierto en vivo para ayudar a los pobres y los oprimidos de allí.

¿Eran los ciudadanos de Bosnia nuestras gentes”? Los americanos luchamos junto a ellos contra la “depuración étnica” y no hubo apenas protesta que ellos no eran nuestras gentes. “¿Eran las víctimas del tsunami en Tailandia nuestras gentes?” Los americanos donamos dinero de nuestro propio bolsillo para ayudarlos. ¿Desde cuando otros tienen que ser nuestras gentes para que nos importen seres humanos?

Y cuando digo “importen” no quiero decir que hay que salir a la calle a quemar un muñeco de trapo de Castro o a protestar contra su gobierno. No espero eso. Lo que quiero decir es “no ser apáticos”. ¿Por qué el importarnos el sufrimiento de gentes en una dictadura brutal y opresiva tan cerca de los EUA, tiene que ser diferente a nuestra preocupación por Darfur, Tailandia, Indonesia o cualquier otro lugar?

Es más, nos debería preocupar más, por el hecho de la enorme población de cubanos viviendo aquí en nuestro suelo, que es ahora su suelo. Quizás ahí estribe el problema. Los americanos ven como los cubanos han prosperado aquí (más de 125,000 cubano-americanos tienen negocios propios en los EU) y cuanto ellos han contribuido a la sociedad y la economía (más de 26 billones anuales)…y como se han levantado aún cuando sólo contaban con una muda de ropa al llegar al exilio.

Quizás asumen que ya ellos estaban listos para continuar desde que llegaron, de manera que la vida en Cuba no puede ser tan mala; realmente los cubanos no sufren. “Castro no es tan malo…el ganó un Premio por los Derechos Humanos… eso quiere decir algo,” - me resaltan algunas personas mal informadas. Y les pregunto, un poco molesta, ¿Saben ustedes quién le otorgó ese premio?” “Moammar Gadhafi, …el de Libia” Y luego de un Ho! de sorpresa, la conversación termina. Claro está, nadie va a defender a Gadhafi.

Oyendo estos comentarios, no es de extrañar que las gentes no les importe Cuba –si Castro posee un premio por los Derechos Humanos-- ¡todo tiene que estar en orden! No existe un premio más inmerecido. El dictador totalitario tiene una larga lista de violaciones contra los derechos humanos y civiles. No sé los demás…pero cuando escuché que el gobierno cubano tiene implantado el Decreto 988 – que estipula que “las ejecuciones pueden ser consumadas en menos de 48 horas, sin un juicio” me rasqué la cabeza y pensé “¿donde está la opinión internacional?” “¿Muerte sin juicio?”

En Philadelphia, el convicto Mumia Abdul Jamal tuvo un juicio por matar un policía y fue sentenciado a muerte. La izquierda liberal de Hollywood se movilizó para demorar su sentencia por medios legales y aún sigue vivo, 24 años después. ¿Pero ser sentenciado a muerte en dos días sin un juicio ni protestas externas….?

Hollywood tiene el “púlpito” más grande del mundo y sin embargo nadie dice una palabra sobre Cuba - mientras su elite continúa visitándola y alabándola como si fuera un paraíso en la tierra. ¿Cómo es posible comprender eso?

La Fundación Nacional Cubano-Americana declaró que en 1992 había 266,000 hombres, mujeres y niños en 241 prisiones y campos de concentración; y había 54,000 cubanos muertos por razones políticas (incluyendo 12,486 por fusilamientos).

Hay que tener en cuenta que estas estadísticas son de hace 15 años atrás. Tiemblo de pensar cuales serían las cifras ahora. ¿No debe molestarme esto? ¿Por qué debe importarme que “sólo” 52,000 balseros trataron de escapar de Cuba y que nada más 17,000 lo lograron? (Me pregunto, ¿Qué pasó con los otros 35,000?)

¿Donde están Susan Sarandon y Ed Asner? ¿Alguien le ha hablado de estas cifras a Oliver Stone? ¿Está Hollywood tan enamorado de Castro que pueda ignorar sus terribles crímenes contra la humanidad? Castro ha matado miles y miles de individuos que se han atrevido a discrepar de la línea de su gobierno comunista…¿y Hollywood abraza a este hombre? ¿Soy yo la única persona no cubana a quien le importa todo esto? ¿Tengo que ser cubana para que me importe? ¿O es la mentalidad de la mayoría de los americanos tan provinciana que lo que sucede fuera de sus propias ciudades no tiene importancia a menos que un “bocón” de Hollywood lo diga?

Yo pienso que esa noción romántica de Hollywood acerca de la revolución y su líder ha contribuido a la apatía de los americanos hacia su vecino del Caribe. Después de todo que fue Hollywood, no Cuba, quien produjo tales films como Havana, Motorcycle Diaries, Comandante y el próximo a estrenar Che.

Si la apática población de los EU piensa de esa manera, porque los cubanos de aquí son exitosos –o porque están celosos de ellos y no quieren prestarle a los problemas de Cuba la menor atención-- quizás les sea útil consultar los datos del Censo de EU que muestra que en los primeros 15 años bajo el régimen de Castro, mas de 640,000 cubanos huyeron de la isla. El total en mas de cuarenta años de dictadura ha sobrepasado 1.5 millones de exilados.

No todos eran individuos con fluencia económica, como los que salieron al principio de Castro llegar al poder. Un gran por ciento eran gentes para las cuales Castro había creado su “Revolución”, el hombre trabajador, los pobres, los oprimidos. Si todos ellos se sintieran satisfechos con los resultados…¿por qué el éxodo en masa?

En 1994, cuando Castro anunció que todo el que quisiera irse podría hacerlo, 35,000 cubanos se lanzaron al mar en balsas para tratar de llegar a los EU. Estas eran balsas improvisadas, las cuales abordaban esos cubanos arriesgando sus vidas…solo por lograr la libertad. Estas eran gentes comunes, desesperadas por escapar los fusilamientos, las tarjetas de racionamiento, la supresión de la libre expresión y el freno a la religión.

Estas son gentes que, cuando les dieron a elegir entre las dos opciones “Socialismo o Muerte”, eligieron muerte. Muerte ahogados, muerte por tiburones, muerte por sed, muerte por insolación. Si… Cuba debe ser verdaderamente un paraíso cuando consideramos esas dos “mandatorias” opciones.

¿Y aún es necesario preguntar por qué me importa?

Fonte: cubalibredigital.com
http://www.cubalibredigital.com